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domingo, 29 de julio de 2012

EL ARTE: ESPEJO DE UNA HISTORIA VI

EL ARTE: ESPEJO DE UNA HISTORIA


VI-REFLEXIONES FINALES

Nadie tiene en sus manos verdades absolutas, tampoco en arte, el contexto del momento en que se "revisa" una supuesta obra de arte, hace ver las cosas de maneras diferentes, lo que ayer fue calificado de estrafalario, hoy puede ser considerado una gran obra de arte, y a la inversa.

Que cada cual cuelgue o coloque, si así lo desea, en su casa lo que quiera o pueda y si, además, lo que hoy le gusta, siendo asequible económicamente, el tiempo lo revaloriza ¡felicidades!, sus nietos o bisnietos le recordarán y le estarán agradecidos, con suerte se encontrarán con una obra de arte y, si no, disfrutarán de un rendimiento por su "inversión".

Antes de tirar al mar el polvo en el que, según algunos, se convirtió el arte en manos de Picasso (y otros), o de reciclarlo, con un aglutinante y disolvente, en líquido para limpiar pantallas de ordenador, me gustaría incluir otro tipo o faceta del arte: ES DIVERTIDO Y UN PLACER PRACTICARLO. 


No voy a profundizar en ello, pero me gustaría comentar que, si bien hay infinidad de teorías y aplicaciones de la imagen, en pedagogía y psicología, también es cierto que la práctica del arte, como acción, es apenas valorable como terapia, aplicable en la psiquiatría, en la rehabilitación de enfermos por adicción o, en la tan cacareada reinserción, yo lo llamaría reconciliación con el mundo, carcelaria.

Debemos subir al carro de los acontecimientos, sería sabio por nuestra parte saber compaginar las nuevas tecnologías con el amor al arte, como observador, como pensador, como creador. 

En este sentido, nosotros, los artistas, jugamos con ventaja, por una cuestión de supervivencia ya nos movemos entre la tierra y el cielo, quise decir entre dos mundos, el de un trabajo remunerado por un lado, y el de la idea, la imaginación, por otro.  Mientras, aún hay gente que no se ha dado cuenta que en Berlín ya no hay muro que le impida pasar al otro lado y, el que lo sabe, piensa que con el muro desapareció el otro lado.  

Hablando del muro, pensar que en arte está todo hecho es inmaduro, aún falta lo que está por hacer. 
Cuando era una adolescente, con la "tele" y una vez pisada la Luna, pensé que no quedaba nada importante que pasar en el mundo que me había tocado vivir, es evidente que para bien y para mal, me equivoqué, el último cuarto de siglo, a todos los niveles ha sido trepidante, de vértigo.

Es posible que las máquinas algún día lleguen al poder, o nos alimentemos con pastillas exclusivamente, hasta es probable que viajemos en el tiempo, de hecho ya han conseguido desintegrar una materia y volverla a componer, lo que no recuerdo es si era una patata o una pelota de golf, pero cuando esto ocurra, a pesar de los años que llevan amenazándonos, ya será mucho más allá del 2000. 
Y el arte, como fenómeno de expresión material de la mente de individuos, tocados o no por el genio, el talento o la locura, permanecerá. 
Cambiará el espectador, el escenario, su lectura, pero en tanto exista un solo ser humano, él, el arte, seguirá ahí.

(mmha, 1998)

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