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miércoles, 25 de julio de 2012

EL ARTE: ESPEJO DE UNA HISTORIA I



EL ARTE: ESPEJO DE UNA HISTORIA 

I-INTRODUCCIÓN 

Esta reflexión parte de la lectura del libro Sobre la crítica de arte y su toma de posición, en general y, en particular de los textos Sobre la construcción del sentido o contra el arte inocente, de Menene Gras Balaguer y Una necesidad,  de Manel Clot.

Son varias las cosas que intentaré exponer, como la eterna cuestión de qué es el arte, su presunta muerte, o el marco en que se desenvuelve.

En este sentido, pretendo enfocar el arte del s. XX como parte de una Historia ya escrita, pero no como algo muerto por ese motivo, sino como lo que en realidad es, un periodo enmarcado históricamente y, por tanto, limitado en el tiempo, periodo que tuvo su inicio, desarrollo y fin, dando lugar a su vez, a nuevos y sucesivos periodos de, tal vez, similares características pero diferentes resultados, y distintos entre si, ya finalizados y que, a partir de determinado momento, lo llamemos arte o no, ya será otra historia que se escribirá cuando corresponda.

En un principio quería afrontar aspectos como el de belleza, genio, buen gusto, desde una perspectiva filosófica, pero no he podido extraer por escrito una exposición coherente, lo que ha convertido mi trabajo en algo muy personal, no es una crítica, ni un repaso histórico, estoy midiendo mi capacidad en el abandonado ejercicio de la escritura, pura y simple escritura, el arte aquí es solo una excusa.

Planteado de una forma subjetiva y, en ocasiones, irónica, que no debe interpretarse como una falta de respeto hacia nada ni nadie, y sin las  convencionales e innumerables citas, típicas de este tipo de escritos, que, explícitamente, he eludido, (ya que uno de los aspectos más cuestionables para mi, es esa forma de escribir sobre el arte), he querido generar un texto de lectura al alcance de cualquiera. 

Hay tanto escrito y leído sobre todo esto, que me parece casi imposible hacer una reflexión decente sin recurrir a esas continuas referencias, que otros escribieron ya por mi, creo que tengo ideas propias y claras, aunque, admito, también contradictorias, que pretendo exponer aquí. 

Para ello he debido hacer un esfuerzo para digerir un montón de libros y textos sobre arte y filosofía, y digo esfuerzo porque hace años, por motivos que no vienen al caso, abandoné el gratificante ejercicio de leer a diario y leerlo todo, bueno, casi todo, y, aunque probablemente ya habré leído más que muchos a lo largo de su vida, lo lamento a menudo, ya que he perdido la capacidad para comprender un texto y, a la vez, la capacidad de expresarme mediante las palabras, por supuesto  también la capacidad de memoria, de retención lingüística y, lo más importe, la capacidad de interesarme o entusiasmarme por una lectura, de la índole que sea.

A pesar de todo ello, algo debe quedar más allá de cuentos y poemas olvidados en un cajón, y espero saber contestar a alguna de las preguntas que yo misma me planteo tras esas lecturas, quisiera, sobre todo, saber al menos  como plantearlas.

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